El Adviento es un camino sembrado de esperanza, porque la meta siempre será el niño que nace en Belén. En este segundo domingo de Adviento, se nos invita a preparar el camino para el nacimiento de Jesús, para que lo podamos reconocer, porque sólo las personas de corazón abierto, dispuestos a amar, lo reconocen.
Segundo Domingo de Adviento: